viernes, 7 de agosto de 2009

Sabiduría

Acechándole enviaron espías que se simulasen justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregasen al principado y á la potestad del presidente.
Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto á persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad.
¿Nos es lícito dar tributo á César, ó no?
Mas él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?
Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César.
Entonces les dijo: Pues dad á César lo que es de César; y lo que es de Dios, á Dios.
Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo: antes maravillados de su respuesta, callaron.